El término ‘movilidad del conocimiento’ (KMb) se refiere al creciente interés que se ha dado en varias disciplinas de, por un lado, conectar de manera exitosa los resultados de investigación con su implementación y las políticas institucionales que lo harían posible, y por el otro, diseminar el conocimiento que se tiene sobre ciertos temas de un campo de estudio hacia otros en los cuales dicho conocimiento puede ser aprovechado. Entre los retos para la movilidad del conocimiento que Levin (2008; 2011) ha identificado específicamente desde el campo de la educación, se encuentra la falta de interdisciplinaridad, una condición que evitaría el descubrimiento de soluciones a problemas comunes a varios campos de acción entre otras posibles consecuencias. Esta falta de diálogo interdisciplinar es un aspecto de la academia moderna que a pesar de estar identificada dentro y fuera de los ámbitos universitarios (e.g. Arbesman, 2013) es —paradójicamente— fomentada a través de prácticas institucionales tales como privilegiar la autoría única como criterio de valoración académica. En un intento por identificar y ofrecer posibles soluciones a este aislamiento, el mismo Levin (2008) propone añadir esfuerzos enfocados hacia el diseño de herramientas, protocolos y procedimientos de diseminación, a las ya existentes obligaciones que implica el desarrollo de investigación, postura que es compartida por analistas que ven esta tendencia exitosamente aplicada a cultura de negocios (e.g. Arbesman, 2013). Dado el enfoque antonomásticamente interdisciplinar de las Humanidades Digitales (definido por Burdick, Drucker, Lunenfeld, Presner, & Schnapp [2012] como “todo el registro humano, desde la prehistoria al presente” [p.122, traducción propia]) , habilitado —más no definido— precisamente por el uso de procedimientos y herramientas digitales, podríamos inferir que una de las posibles soluciones al problema de la movilidad de conocimiento esta en manos de las Humanidades Digitales. La ponencia que presentaremos describirá una de estas herramientas, un protocolo diseñado desde la perspectiva de las Humanidades Digitales con el propósito de llevar a cabo una búsqueda documental del término visual literacy, (usualmente traducido por medio del neologismo ‘alfabetidad’ visual), un concepto que —ahora sabemos— fue desarrollado en el campo de la educación y movilizado hacia ámbitos como teoría fílmica o el diseño gráfico.
Podríamos afirmar que el resultado general de este ejercicio fue la obtención de un panorama general de la movilización dicho término a lo largo de 75 años y entre varios ámbitos, pero entre los resultados específicos de la aplicación de este protocolo se incluyen la identificación del primer uso del mismo en publicaciones treinta años antes de su acuñación oficial y la ubicación de tres momentos históricos no reconocidos entre sí en los cuales el concepto fue promovido bajo premisas muy similares, entre otros eventos que apuntan a la identificación de la falta de ‘intradisciplinaridad’ o de lo que podríamos calificar como ‘una postura revisionista’, como otro posible reto para la movilidad del conocimiento. Sin embargo, el protocolo presentado aquí no se limita a incrementar la lista de posibles retos, sino que se presenta como un caso en el cual el empleo de enfoques propios de HD respaldados por la tecnología actual, puede no solo expandir nuestro conocimiento sobre temas vigentes, sino que permite también el redescubrimiento de conceptos o teorías que pudieran haber sido opacadas por circunstancias históricas que ya hayan perdido vigencia. El punto de entrada para este protocolo es Google N-grams Viewer (GNV), una herramienta que a pesar de su relativa novedad ha sido ampliamente acogida en el campo de las Humanidades Digitales desde su publicación en 2010, y desde cuyo enfoque se ha originado el concepto de ‘Culturomics’ (Cohen, 2010), el cual propone el tratamiento de el corpus lingüístico de Google Books Search (GBS) desde una perspectiva predominantemente cuantitativa. En el caso particular de este protocolo, decidimos explorar el concepto de ‘lectura distante’ propuesto por Moretti (2000, 2005; traducción propia) y usar la representación gráfica de ocurrencias de términos que GNV ofrece para buscar lo que denominamos ‘marcadores’ (principalmente picos aislados e incrementos extremos), pistas visuales que nos indicaron los periodos de tiempo en los cuales había que prestar más atención a la literatura existente en el repositorio de Google Books. A pesar de abordar el protocolo desde lo que podríamos considerar una ‘granularidad gruesa’, esta granularidad fue volviéndose más fina conforme avanzaba la investigación documental. El siguiente nivel de exploración fue llevado a cabo en GBS, donde se utilizaron las herramientas de búsqueda para delimitar los periodos de tiempo en los cuales se habían identificado ‘marcadores’. Durante el uso de este protocolo, se identificaron varios problemas operativos, muchos previamente identificados en otros estudios y análisis, (e.g. Nunberg, 2009; Pope & Holley, 2011), otros que emergieron durante la aplicación del protocolo. Dos argumentos que vale la pena exponer aquí son, en primer lugar, el hecho de que el protocolo descrito en este documento, a pesar de haber sido diseñado con un propósito específico, o para la búsqueda de un término en particular, puede ser aplicado a virtualmente cualquier término o frase de 5 palabras o menos, de acuerdo con los límites que GNV. En segundo lugar, es importante aclarar que con la excepción de el último nivel de exploración, el cual implicó una lectura detallada de documentos obtenidos, ya fuera directamente en los recursos de compra ofrecidos por GBS o por medio de préstamos inter-bibliotecarios, todas las herramientas empleadas para llevar a cabo esta investigación documental e incorporadas en este protocolo son de acceso abierto.
El texto completo de la conferencia se encuentra aquí.